Se le asignará a cada niño un objeto considerado inservible (material para reciclar). Los niños intercambiaran los objetos o regalos con los compañeros de clase sin que nadie se quede con el objeto que se asignó.
La primera parte de la actividad consiste en que los niños digan las características del objeto que le ha tocado y dirán que otro uso se les puede dar,
La segunda parte. Empieza formando varios grupos de trabajo de 4 a 5 personas por grupo. Cada grupo deberá construir algo con los objetos que tienen y dándole un nombre.
Al finalizar, cada grupo enseñará su creación a todos sus compañeros.
OBJETIVOS:
•Entender la importancia de descubrir nuevos usos de los objetos de desecho.
•Comprender la importancia de los procesos del reciclaje.
•Concienciar a partir del aprovechamiento de la basura.
•Concienciar el aprovechamiento de las materias primas.
•Relacionar la escasez mundial de materias primas con la necesidad de reciclar productos de desecho.
•Conocer de forma directa la actividad del reciclado.
•Desarrollar una actitud crítica ante el consumo descontrolado.
•Reciclar materiales del entorno.
•Potenciar la creatividad e imaginación.
BIENVENIDOS
Te damos la bienvenida a nuestro blog, donde encontraras información sobre juegos y contenidos de interés para la educación infantil.
Tema
- Cuadernia (5)
- Juegos de Reciclaje (4)
- Programas útiles (4)
- Psicomotricidad Infantil (6)
- Trabajos de clase (2)
jueves, 25 de noviembre de 2010
PARTIDA DE BOLOS RECICLADOS.
Para hacer esta actividad dividiremos a la clase en grupos, los materiales que vamos a utilizar son: 10 botellas de plástico con tapón, prendas que ya no utilicen, papel “albal” y un globo.
En clase se recortarán las telas para posteriormente introducirlas en las botellas, también fabricarán una pelota con papel de periódico, globos y cola.
Una vez terminados los bolos, se colocan formando un triángulo, de modo que la fila más próxima al lanzador tenga un solo bolo, la segunda dos, la tercera tres y la cuarta cuatro.
Para tirarlos utilizaremos la pelota que hemos fabricado en clase.
El juego se puede desarrollar en el patio, en el gimnasio o en el aula.
OBJETIVOS
•Colaborar con las actividades propuestas.
•Interiorizar los conceptos de: reciclar, reutilizar y reducir.
•Acercarse al conocimiento de las actividades plásticas.
•Comprender la importancia de los procesos del reciclaje.
•Entender la importancia de descubrir nuevos usos de los objetos de desecho.
•Conocer de forma directa la actividad del reciclado.
•Reciclar materiales del entorno.
•Trabajar en grupo.
En clase se recortarán las telas para posteriormente introducirlas en las botellas, también fabricarán una pelota con papel de periódico, globos y cola.
Una vez terminados los bolos, se colocan formando un triángulo, de modo que la fila más próxima al lanzador tenga un solo bolo, la segunda dos, la tercera tres y la cuarta cuatro.
Para tirarlos utilizaremos la pelota que hemos fabricado en clase.
El juego se puede desarrollar en el patio, en el gimnasio o en el aula.
OBJETIVOS
•Colaborar con las actividades propuestas.
•Interiorizar los conceptos de: reciclar, reutilizar y reducir.
•Acercarse al conocimiento de las actividades plásticas.
•Comprender la importancia de los procesos del reciclaje.
•Entender la importancia de descubrir nuevos usos de los objetos de desecho.
•Conocer de forma directa la actividad del reciclado.
•Reciclar materiales del entorno.
•Trabajar en grupo.
Cuentos del Reciclaje
“LA MAGIA DE RECICLAR”
Érase una vez y mentira no es, que había una ciudad llamada CIUDAD TIRONA. Era un lugar donde la gente no sabía qué hacer con la basura y la tiraba a la calle.
Pronto todo quedó cubierto por la basura y los barrenderos/as no podían recoger tanta basura y mantenerlo todo limpio. Ya no había espacios para jugar, todo olía mal, los pajarillos no visitaban la ciudad y la gente empezaba a ponerse triste y a enfermar. Esta situación no gustaba a los protagonistas de este cuento: Ana, Kamel y Juan. Hablaron y hablaron y ninguna solución hallaron. Nadie les había enseñado como solucionar el problema. Entonces, un pajarillo que los escuchó, esto les contó:
“No os preocupéis
Ya que fácil lo tenéis
Esperad un poco
Y ayuda tendréis”.
Muy contentos se pusieron y, de pronto, una música singular pudieron escuchar.
“Si quieres ayudar
Aprende a reciclar, clar, clar,
Aprende a reciclar”.
Ana, Kamel y Juan se quedaron muy asombrados:
- ¡OH! ¿Quién cantara?
A lo lejos vieron como se les acercaba un viejo mago con una varita mágica. El mago se acercó y se presentó:
- Soy el Mago Reciclar y ya sé lo que os pasa. Un pajarillo me lo ha contado.
Os enseñaré la magia de Reciclar.
El Mago Reciclar levantó su varita y con unos movimientos secretos este conjuro empezó a lanzar:
Pin, catapí la comida la meto aquí.
Y entonces, por arte de magia, un gran contenedor gris apareció.
A continuación, otro hechizo lanzó:
Pin, catapí el papel lo guardo aquí.
Surgió, ahora, un contenedor grande de color azul. Y siguió lanzando otro conjuro:
Pin, catapí El vidrio lo echo aquí.
Brotó un nuevo contenedor, de color verde, que servía para guardar el cristal. Los niños estaban boquiabiertos, pero la magia de Reciclar aún no había acabado:
Pin, catapí Los envases los deposito aquí.
Y al lado de los tres contenedores apareció el último, de color amarillo, que servía para guardar los envases ligeros. Todos se quedaron asombrados. ¡Cuán poderoso era ese mago! Había creado cuatro contenedores con su magia. Uno gris para los restos de comida, otro de color azul para el papel, otro verde para el cristal y el cuarto y último de color amarillo para los envases ligeros (de plástico, metal y cartón).
Antes de marcharse, el mago Reciclar lanzó un grandioso conjuro a toda la ciudad:
Plis, plas, cataplás la magia de reciclar aprenderás.
Al poco tiempo, todos los habitantes de Ciudad Tirona empezaron a dejar sus basuras en cada uno de sus contenedores. Los restos de comida en el contenedor gris, los papeles y periódicos viejos en el contenedor azul, las botellas de cristal que no servían en el contenedor verde y los envases ligeros en el amarillo.
Mientras llevaban la basura esta canción se ponían a cantar:
“Si quieres ayudar
Aprende a reciclar, clar, clar,
Aprende a reciclar.
Tu amiga naturaleza
Enferma está,
Cuídala con esmero
Pues todos la queremos.
Si quieres ayudar
Aprende a reciclar, clar, clar,
Aprende a reciclar”.
Al cabo del tiempo todo limpio dejaron. Y pronto el nombre de la ciudad cambio, pues de llamarse Ciudad Tirona, pasó a llamarse CIUDAD RECICLONA.
Y COLORADO COLORÍN, ESTE CUENTO LLEGÓ A SU FIN.
Un día, Adrián iba caminando por la calle junto a su madre cuando empezó a escuchar a alguien llorar. Miró dentro de un cubo y vio que había un botella llorando.
- Hola, botella, ¿como te llamas? Y, ¿por qué lloras?.
-Hola. Me llamo Botellín y lloro porque me han dejado aquí tirado en el suelo y ahora no me podré reciclar.
- Bueno, no llores, Botellín, -dijeron Adrián y su madre- nosotros te ayudaremos a llegar donde tengas que ir para que puedas reciclarte.
- ¿Sí? -dijo Botellín muy alegre- No me lo puedo creer. ¡Qué bien! Menos mal que alguien me ayuda. Pues veréis, me tenéis que llevar a un contenedor que es mi casa.
- Y, ¿cómo es ese contenedor Botellín?
- Pues es verde y redondo y allí me recogerán para poder reciclarme y poder convertirme en un bonito jarrón o un fantástico vaso.
- Bueno, pues nada, se acabaron las lamentaciones -dijo la mamá de Adrián- métete aquí en mi bolso que te acercamos.
Botellín, de un brinco, saltó al interior del bolso de la mama de Adrián y contentos pasearon por la ciudad en busca del contenedor. Cuando iban a cruzar una carretera volvieron a escuchar un lamento. Adrián tropezó con un cuaderno roto y manchado.
- ¿Por qué lloras, cuaderno?
- Hola, me llamo Libritina y lloro porque estoy aquí tirada en el suelo y no voy a poder reciclarme jamás.
- No llores, mujer. Mi mamá y yo estamos buscando un contenedor de reciclaje para nuestro amigo Botellín. Si nos dices cuál es tu contenedor te podemos llevar a ti también.
- ¡Estupendo! ¿Haríais eso por mi?
- Claro, hay que reciclar mujer.
- Pues bien, mira mi casa es azul. Allí es donde podrán recogerme para reciclarme y poder convertirme en un bonito libro o un periódico.
- Vale, pues no te preocupes. -dijo la mamá de Adrián- Ven con nosotros que te ayudaremos a llegar a tu casa.
Entonces Libretina saltó y se metió en el interior del bolso de la mamá de Adrián para llegar a los contenedores de reciclaje. Siguieron andando por la calle bien contentos de poder ayudar a sus nuevos amigos cuando Adrián volvió a tropezar con una bolsa de plástico rota.
-¡Uy! Casi me caigo.
- ¡Perdona, perdona! – gritó la bolsa- Sé que este no es mi sitio, pero me han tirado aquí y ahora, además de poder provocar un accidente, no voy a poder reciclarme, con lo que me gustaría poder convertirme en un bonito banco de jardín o una valla del parque.
- Y, ¿cuál es tu nombre? – preguntó Adrián.
- Mi nombre es Plasticor.
- Bueno, Plasticor, mira, llevamos a unos amigos a reciclar. Si te quieres venir con nosotros y nos indicas cómo es tu casa, podríamos llevarte a ti también.
- ¡Oh! Eso sería estupendo. Veréis, mi casa es amarilla y sé que no muy lejos de aquí. Yo os podré guiar.
Adrián se agachó a recoger a Plasticor del suelo cuando unos niños sucios que pasaban por allí empezaron a reírse de él.
-Mira ese niño, Antoñito. Le podemos llamar "el basurillas" porque va recogiendo toda la basura del suelo.
- ¡Sí! Es un basurero, ¿verdad, Pepito?
Los dos, Antoñito y Pepito se rieron de Adrián y su madre, que estaba disgustada de ver la actitud de los niños, se acerco a ellos.
- ¡Oye! No es un basurilla. Adrián está haciendo un trabajo muy importante para el planeta que es reciclar.
- ¿Reciclar? ¡Vaya tontería! Da igual que la basura esté tirada en el suelo.
- De eso nada. -Les dijo Adrián- Si todos contaminamos las calles como vosotros y nadie lleva la basura a sus contenedores, el mundo se volverá un sitio sucio, feo y que huele mal, se convertirá en un basurero enorme. ¿Tú quieres vivir en un basurero?
-Pues, no, ¡claro que no!
- Pues si no quieres que el mundo se vuelva un sitio apestoso y sucio, vas a tener que reciclar, llevar cada cosa a su lugar.
- Tienes razón. A mí no me gustaría que todo estuviese manchado y maloliente.
- Pues ayúdanos a reciclar, verás como es divertido.
Adrián, Antoñito, Pepito y la mamá de Adrián llegaron al contenedor todos juntos, y cada uno sacó del interior del bolso de su madre todos los objetos que había que reciclar. Así, Antoñito metió la bolsa de plástico al contenedor amarillo.
- ¡Gracias, chicos! - Gritaba Plasticor, mientras caía al interior.
Pepito metió a Libritina al contenedor azul.
- ¡Muchísimas gracias a todos!
Y Adrián tiró a Botellín al contenedor verde.
- Bueno, Botellín, espero que finalmente seas feliz cuando te reciclen y te conviertas en un bonito jarrón como te gustaría.
- ¡Ójala! Pero esto solo sucederá si gente como tú está dispuesta a colaborar y nos ayuda a llegar a la meta. Así que gracias a todos y espero verte dentro de poco en algún mercado cuando sea por fin un bonito florero.
- ¡Adiós, Botellín! ¡Que seas feliz!
Y tiró a Botellín al interior del contenedor verde.
“LOS ANIMALITOS CUIDAN SU CASA”
Un día, Pablo y Ana paseaban por el parque tomando un helado. Andaban saltando lo que se encontraban por el suelo, sin recoger nada. E incluso ellos mismos tiraban los papeles de los helados ensuciando más la casa de los animales, el medio ambiente. El Erizo Rollizo los miraba un tanto enfadado.
Entonces el Erizo Rollizo reunió a sus amigos el Gato Azulato, el Perro Gamberro y el Búho Púo para contarles toda la suciedad que había en el parque.
El Gato Azulato y el Perro Gamberro fueron a pasear por el parque y vieron que todo lo que había dicho el Erizo Rollizo era verdad:
- ¡Nuestra casa está sucia!, dijeron los animalitos muy tristes.
Así, el Erizo Rollizo, el Gato Azulato y el Perro Gamberro poco a poco fueron recogiendo la basura que ensuciaba su casa.
El Erizo Rollizo, el Gato Azulato y el Perro Gamberro llevaron toda la basura a casa de Pablo y Ana para que los ayudaran a reciclar en los contenedores.
Juntos reciclaron, las botellas en el contenedor verde, el papel y el cartón en el contenedor azul, los envases en el contenedor amarillo y los restos de comida en el contenedor gris.
Y fue así como la casita de los animalitos quedó limpia y reluciente. Y todos muy felices jugaron sin parar y sin ensuciar.
Érase una vez y mentira no es, que había una ciudad llamada CIUDAD TIRONA. Era un lugar donde la gente no sabía qué hacer con la basura y la tiraba a la calle.
Pronto todo quedó cubierto por la basura y los barrenderos/as no podían recoger tanta basura y mantenerlo todo limpio. Ya no había espacios para jugar, todo olía mal, los pajarillos no visitaban la ciudad y la gente empezaba a ponerse triste y a enfermar. Esta situación no gustaba a los protagonistas de este cuento: Ana, Kamel y Juan. Hablaron y hablaron y ninguna solución hallaron. Nadie les había enseñado como solucionar el problema. Entonces, un pajarillo que los escuchó, esto les contó:
“No os preocupéis
Ya que fácil lo tenéis
Esperad un poco
Y ayuda tendréis”.
Muy contentos se pusieron y, de pronto, una música singular pudieron escuchar.
“Si quieres ayudar
Aprende a reciclar, clar, clar,
Aprende a reciclar”.
Ana, Kamel y Juan se quedaron muy asombrados:
- ¡OH! ¿Quién cantara?
A lo lejos vieron como se les acercaba un viejo mago con una varita mágica. El mago se acercó y se presentó:
- Soy el Mago Reciclar y ya sé lo que os pasa. Un pajarillo me lo ha contado.
Os enseñaré la magia de Reciclar.
El Mago Reciclar levantó su varita y con unos movimientos secretos este conjuro empezó a lanzar:
Pin, catapí la comida la meto aquí.
Y entonces, por arte de magia, un gran contenedor gris apareció.
A continuación, otro hechizo lanzó:
Pin, catapí el papel lo guardo aquí.
Surgió, ahora, un contenedor grande de color azul. Y siguió lanzando otro conjuro:
Pin, catapí El vidrio lo echo aquí.
Brotó un nuevo contenedor, de color verde, que servía para guardar el cristal. Los niños estaban boquiabiertos, pero la magia de Reciclar aún no había acabado:
Pin, catapí Los envases los deposito aquí.
Y al lado de los tres contenedores apareció el último, de color amarillo, que servía para guardar los envases ligeros. Todos se quedaron asombrados. ¡Cuán poderoso era ese mago! Había creado cuatro contenedores con su magia. Uno gris para los restos de comida, otro de color azul para el papel, otro verde para el cristal y el cuarto y último de color amarillo para los envases ligeros (de plástico, metal y cartón).
Antes de marcharse, el mago Reciclar lanzó un grandioso conjuro a toda la ciudad:
Plis, plas, cataplás la magia de reciclar aprenderás.
Al poco tiempo, todos los habitantes de Ciudad Tirona empezaron a dejar sus basuras en cada uno de sus contenedores. Los restos de comida en el contenedor gris, los papeles y periódicos viejos en el contenedor azul, las botellas de cristal que no servían en el contenedor verde y los envases ligeros en el amarillo.
Mientras llevaban la basura esta canción se ponían a cantar:
“Si quieres ayudar
Aprende a reciclar, clar, clar,
Aprende a reciclar.
Tu amiga naturaleza
Enferma está,
Cuídala con esmero
Pues todos la queremos.
Si quieres ayudar
Aprende a reciclar, clar, clar,
Aprende a reciclar”.
Al cabo del tiempo todo limpio dejaron. Y pronto el nombre de la ciudad cambio, pues de llamarse Ciudad Tirona, pasó a llamarse CIUDAD RECICLONA.
Y COLORADO COLORÍN, ESTE CUENTO LLEGÓ A SU FIN.
RECICLAR, RECICLAR
Un día, Adrián iba caminando por la calle junto a su madre cuando empezó a escuchar a alguien llorar. Miró dentro de un cubo y vio que había un botella llorando.
- Hola, botella, ¿como te llamas? Y, ¿por qué lloras?.
-Hola. Me llamo Botellín y lloro porque me han dejado aquí tirado en el suelo y ahora no me podré reciclar.
- Bueno, no llores, Botellín, -dijeron Adrián y su madre- nosotros te ayudaremos a llegar donde tengas que ir para que puedas reciclarte.
- ¿Sí? -dijo Botellín muy alegre- No me lo puedo creer. ¡Qué bien! Menos mal que alguien me ayuda. Pues veréis, me tenéis que llevar a un contenedor que es mi casa.
- Y, ¿cómo es ese contenedor Botellín?
- Pues es verde y redondo y allí me recogerán para poder reciclarme y poder convertirme en un bonito jarrón o un fantástico vaso.
- Bueno, pues nada, se acabaron las lamentaciones -dijo la mamá de Adrián- métete aquí en mi bolso que te acercamos.
Botellín, de un brinco, saltó al interior del bolso de la mama de Adrián y contentos pasearon por la ciudad en busca del contenedor. Cuando iban a cruzar una carretera volvieron a escuchar un lamento. Adrián tropezó con un cuaderno roto y manchado.
- ¿Por qué lloras, cuaderno?
- Hola, me llamo Libritina y lloro porque estoy aquí tirada en el suelo y no voy a poder reciclarme jamás.
- No llores, mujer. Mi mamá y yo estamos buscando un contenedor de reciclaje para nuestro amigo Botellín. Si nos dices cuál es tu contenedor te podemos llevar a ti también.
- ¡Estupendo! ¿Haríais eso por mi?
- Claro, hay que reciclar mujer.
- Pues bien, mira mi casa es azul. Allí es donde podrán recogerme para reciclarme y poder convertirme en un bonito libro o un periódico.
- Vale, pues no te preocupes. -dijo la mamá de Adrián- Ven con nosotros que te ayudaremos a llegar a tu casa.
Entonces Libretina saltó y se metió en el interior del bolso de la mamá de Adrián para llegar a los contenedores de reciclaje. Siguieron andando por la calle bien contentos de poder ayudar a sus nuevos amigos cuando Adrián volvió a tropezar con una bolsa de plástico rota.
-¡Uy! Casi me caigo.
- ¡Perdona, perdona! – gritó la bolsa- Sé que este no es mi sitio, pero me han tirado aquí y ahora, además de poder provocar un accidente, no voy a poder reciclarme, con lo que me gustaría poder convertirme en un bonito banco de jardín o una valla del parque.
- Y, ¿cuál es tu nombre? – preguntó Adrián.
- Mi nombre es Plasticor.
- Bueno, Plasticor, mira, llevamos a unos amigos a reciclar. Si te quieres venir con nosotros y nos indicas cómo es tu casa, podríamos llevarte a ti también.
- ¡Oh! Eso sería estupendo. Veréis, mi casa es amarilla y sé que no muy lejos de aquí. Yo os podré guiar.
Adrián se agachó a recoger a Plasticor del suelo cuando unos niños sucios que pasaban por allí empezaron a reírse de él.
-Mira ese niño, Antoñito. Le podemos llamar "el basurillas" porque va recogiendo toda la basura del suelo.
- ¡Sí! Es un basurero, ¿verdad, Pepito?
Los dos, Antoñito y Pepito se rieron de Adrián y su madre, que estaba disgustada de ver la actitud de los niños, se acerco a ellos.
- ¡Oye! No es un basurilla. Adrián está haciendo un trabajo muy importante para el planeta que es reciclar.
- ¿Reciclar? ¡Vaya tontería! Da igual que la basura esté tirada en el suelo.
- De eso nada. -Les dijo Adrián- Si todos contaminamos las calles como vosotros y nadie lleva la basura a sus contenedores, el mundo se volverá un sitio sucio, feo y que huele mal, se convertirá en un basurero enorme. ¿Tú quieres vivir en un basurero?
-Pues, no, ¡claro que no!
- Pues si no quieres que el mundo se vuelva un sitio apestoso y sucio, vas a tener que reciclar, llevar cada cosa a su lugar.
- Tienes razón. A mí no me gustaría que todo estuviese manchado y maloliente.
- Pues ayúdanos a reciclar, verás como es divertido.
Adrián, Antoñito, Pepito y la mamá de Adrián llegaron al contenedor todos juntos, y cada uno sacó del interior del bolso de su madre todos los objetos que había que reciclar. Así, Antoñito metió la bolsa de plástico al contenedor amarillo.
- ¡Gracias, chicos! - Gritaba Plasticor, mientras caía al interior.
Pepito metió a Libritina al contenedor azul.
- ¡Muchísimas gracias a todos!
Y Adrián tiró a Botellín al contenedor verde.
- Bueno, Botellín, espero que finalmente seas feliz cuando te reciclen y te conviertas en un bonito jarrón como te gustaría.
- ¡Ójala! Pero esto solo sucederá si gente como tú está dispuesta a colaborar y nos ayuda a llegar a la meta. Así que gracias a todos y espero verte dentro de poco en algún mercado cuando sea por fin un bonito florero.
- ¡Adiós, Botellín! ¡Que seas feliz!
Y tiró a Botellín al interior del contenedor verde.
“LOS ANIMALITOS CUIDAN SU CASA”
Un día, Pablo y Ana paseaban por el parque tomando un helado. Andaban saltando lo que se encontraban por el suelo, sin recoger nada. E incluso ellos mismos tiraban los papeles de los helados ensuciando más la casa de los animales, el medio ambiente. El Erizo Rollizo los miraba un tanto enfadado.
Entonces el Erizo Rollizo reunió a sus amigos el Gato Azulato, el Perro Gamberro y el Búho Púo para contarles toda la suciedad que había en el parque.
El Gato Azulato y el Perro Gamberro fueron a pasear por el parque y vieron que todo lo que había dicho el Erizo Rollizo era verdad:
- ¡Nuestra casa está sucia!, dijeron los animalitos muy tristes.
Así, el Erizo Rollizo, el Gato Azulato y el Perro Gamberro poco a poco fueron recogiendo la basura que ensuciaba su casa.
El Erizo Rollizo, el Gato Azulato y el Perro Gamberro llevaron toda la basura a casa de Pablo y Ana para que los ayudaran a reciclar en los contenedores.
Juntos reciclaron, las botellas en el contenedor verde, el papel y el cartón en el contenedor azul, los envases en el contenedor amarillo y los restos de comida en el contenedor gris.
Y fue así como la casita de los animalitos quedó limpia y reluciente. Y todos muy felices jugaron sin parar y sin ensuciar.
JUEGO DE CONTENEDORES.
Para este juego utilizaremos representaciones de diferentes tipos de materiales orgánicos y materiales para reciclar (dibujos de botellas, de desechos orgánicos…)
Se dividirá la clase en 4 grupos, el grupo azul (papel y cartón), grupo amarillo (envases, latas, plástico, bricks…), el grupo verde (vidrio) y el grupo naranja (residuos orgánicos). Los niños elegirán a un participante de cada grupo, para que sea el que lleve la bolsa correspondiente del equipo contrario.
Los grupos tendrán que llenar las bolsas que les corresponde con sus respectivos residuos, que encontrarán esparcidos en el espacio (patio, gimnasio…), los niños que lleven las bolsas deberán correr y evitar que los niños llenen las bolsas.
OBJETIVOS:
•Colaborar con las actividades propuestas.
•Participar en las actividades de forma voluntaria.
•Valorar la naturaleza.
•Relacionar la escasez mundial de materias primas con la necesidad de reciclar productos de desecho.
•Conocer los diferentes colores de los contenedores de reciclado.
•Desarrollar una actitud crítica ante el consumo descontrolado.
•Fomentar el trabajo en grupo.
Se dividirá la clase en 4 grupos, el grupo azul (papel y cartón), grupo amarillo (envases, latas, plástico, bricks…), el grupo verde (vidrio) y el grupo naranja (residuos orgánicos). Los niños elegirán a un participante de cada grupo, para que sea el que lleve la bolsa correspondiente del equipo contrario.
Los grupos tendrán que llenar las bolsas que les corresponde con sus respectivos residuos, que encontrarán esparcidos en el espacio (patio, gimnasio…), los niños que lleven las bolsas deberán correr y evitar que los niños llenen las bolsas.
OBJETIVOS:
•Colaborar con las actividades propuestas.
•Participar en las actividades de forma voluntaria.
•Valorar la naturaleza.
•Relacionar la escasez mundial de materias primas con la necesidad de reciclar productos de desecho.
•Conocer los diferentes colores de los contenedores de reciclado.
•Desarrollar una actitud crítica ante el consumo descontrolado.
•Fomentar el trabajo en grupo.
Quinto día
Martes 16 de noviembre:
Ultimamos los detalles de nuestro cuadernia para entregarlo el jueves 18.
Ultimamos los detalles de nuestro cuadernia para entregarlo el jueves 18.
Cuarto día
Tercer día
Segundo día
Martes 2 de noviembre.
Elección del tema para trabajar nuestro cuadernia, descargamos imágenes relacionadas con el tema de Egipto para niños.
Planteamos los objetivos que queremos conseguir con esta actividad y definimos los subtemas a tratar.
Elección del tema para trabajar nuestro cuadernia, descargamos imágenes relacionadas con el tema de Egipto para niños.
Planteamos los objetivos que queremos conseguir con esta actividad y definimos los subtemas a tratar.
Primer día
Jueves 28 de octubre.
Presentacíon del programa de cuadernia, a través de el ejemplo de un cuaderno prediseñado. Hacemos pruebas en el programa para trabajar sus características y actividades.
¿Qué es cuadernia?
Cuadernia es la apuesta de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha para la creación y difusión de materiales educativos en la Región. Se trata de una herramienta fácil y funcional que nos permite crear de forma dinámica eBooks o libros digitales en forma de cuadernos compuestos por contenidos multimedia y actividades educativas para aprender jugando de forma muy visual.
Se propone una interfaz muy sencilla de manejo, tanto para la creación de los cuadernos como para su visualización a través de Internet o desde casa. La apuesta es generar contenidos digitales de apoyo a la acción educativa en la región proporcionando un software divertido y ameno que ayudara a grandes y a pequeños a aprender jugando con toda la potencia que nos ofrecen las nuevas tecnologias e Internet.
Presentacíon del programa de cuadernia, a través de el ejemplo de un cuaderno prediseñado. Hacemos pruebas en el programa para trabajar sus características y actividades.
¿Qué es cuadernia?
Cuadernia es la apuesta de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha para la creación y difusión de materiales educativos en la Región. Se trata de una herramienta fácil y funcional que nos permite crear de forma dinámica eBooks o libros digitales en forma de cuadernos compuestos por contenidos multimedia y actividades educativas para aprender jugando de forma muy visual.
Se propone una interfaz muy sencilla de manejo, tanto para la creación de los cuadernos como para su visualización a través de Internet o desde casa. La apuesta es generar contenidos digitales de apoyo a la acción educativa en la región proporcionando un software divertido y ameno que ayudara a grandes y a pequeños a aprender jugando con toda la potencia que nos ofrecen las nuevas tecnologias e Internet.
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